INDUSTRIA MINERA DE ECUADOR – PASADO, PRESENTE Y FUTURO.
Dos grandes minas comenzaron en Ecuador en 2019, abriendo la cuenta del país como productor de minerales con un sector minero a escala industrial. Ambos proyectos se basaron en descubrimientos icónicos que en su momento cambiaron la visión científica y comercial de Ecuador como destino de inversión minera. El descubrimiento de pórfido de cobre Mirador en 1995 fue la primera vez que este tipo de depósitos gigantes fueron reconocidos en Ecuador. De manera similar, la importante mineralización de oro de alta ley encontrada en Fruta del Norte en 2007 abrió la “prospectividad” para encontrar activos de oro (Au) Tier 1 de clase mundial en el país.
Ecuador es ahora reconocido como una de las regiones menos exploradas, sin explotar y ricas en minerales del mundo. La nueva mina de cobre Mirador y la nueva mina de oro Fruta del Norte realmente le han demostrado al mundo que el país está abierto para trabajar en minería.
Para comprender los posibles beneficios económicos que la minería podría traer a la nación y para quienes inviertan en ella, podemos mirar al sur a lo largo de los Andes hacia Perú y Chile. Estas dos naciones producen actualmente el 40 por ciento de las exportaciones de cobre del mundo[1] y la minería aporta aproximadamente el 10 por ciento del PIB a cada una de sus economías cada año. La geología andina rica en minerales, claramente no se detiene en la frontera, por lo que Ecuador también tiene el potencial de desarrollar un sector minero responsable y sostenible para apuntalar su economía.
En un país quizás más asociado con el ecoturismo que con la minería, la pregunta debe plantearse: ¿está el país ahora preparado para una inminente avalancha de recursos minerales? Mi experiencia personal en el sector de la minería ha seguido la evolución del enfoque de la industria.
Cuando comencé mi carrera como geólogo de exploración en 1986, las pequeñas minas artesanales ya operaban en el país por más de 50 años. Me convertí en empleado de una empresa de exploración internacional en 1987, y por lo que vi durante mi tiempo trabajando cerca de estas minas artesanales, estaba claro que Ecuador era una tierra de importante riqueza mineral. En estos años los geólogos optaban por perseguir carreras en la industria petrolera, sin embargo para mi observar esta riqueza fue una fuerza impulsora detrás de lo que ahora ha sido una carrera de 30 años en la exploración de minerales en el Ecuador.
Desde estudiar estas minas artesanales y nuestra propia actividad de exploración, sabíamos que Ecuador tenía las rocas adecuadas. Sin embargo, el país carecía de la regulación y las organizaciones adecuadas para llevar la minería desde pequeñas minas artesanales a proyectos industriales a gran escala. De hecho, durante largos períodos la industria minera se ha desalentado activamente en Ecuador. En 2008 se impuso una moratoria a la minería mediante el Mandato Minero, se introdujo un impuesto sobre las ganancias extraordinarias (Wind-fall tax)[2] y el ajuste soberano[3] lo cual acabó con la viabilidad de un sector dependiente de recursos internacionales.
Sin embargo, también debe recordarse que Ecuador ha sido una economía dolarizada desde el 2000, lo que significa que imprimir moneda no es una opción para inyectar recursos a la economía. Esto solo deja los préstamos, la inversión extranjera o los ingresos por exportaciones como fuentes potenciales de dólares estadounidenses. Históricamente, la economía de Ecuador se basó en gran medida en el petróleo, las exportaciones agrícolas y el turismo, y a medida que la nación sufrió una fuerte caída de los precios mundiales del petróleo en 2013, la relación de Ecuador con la minería comenzó a cambiar. Se necesitaba diversificación económica y en 2015 se creó el Ministerio de Minería. La agencia de consultoría Wood Mackenzie revisó el código y la ley de minería, lo que finalmente llevó a la alineación con las mejores prácticas globales. El impuesto a las ganancias extraordinarias finalmente se abolió en agosto de 2018 y el ajuste soberano ahora incluye dentro de su calculo las inversiones iniciales y el valor del dinero en el tiempo.
La respuesta del sector minero ha sido espectacular. La inversión extranjera directa (IED) superó los $ 250 millones en 2017 y, desde 2018, 28 empresas mineras de renombre internacional han establecido entidades en Ecuador para buscar oportunidades de inversión. En 2019 se invirtieron dos mil millones de dólares en total en Mirador y Fruta del Norte. El país ahora tiene dos minas bien reguladas y cuidadosamente monitoreadas, que emplean a miles de personas locales y generan ingresos vitales de divisas.
Viendo hacia adelante, espero un futuro brillante para la minería en Ecuador, aunque persisten desafíos y riesgos. Como alguien que nació y creció en el país y dirige una empresa minera ecuatoriana, sé, por ejemplo, lo importante que es tener un compromiso comunitario adecuado.
Ecuador es un país formado por muchas culturas, naciones y diversidad. Es fundamental respetar la riqueza de nuestro país en este respecto en todas las etapas del proceso minero para preservar la rica historia y las civilizaciones únicas del país. La minería responsable debe generar confianza y demostrar que la actividad será un ganar-ganar para los trabajadores, las comunidades locales y el Gobierno.
Por supuesto, una nueva industria en un país trae muchas incógnitas. Habrá algunos que quieran trabajo y habrá otros que no querrán cambios. Algunos temen la rápida introducción de una nueva industria y las posibles desventajas; otros dan la bienvenida a la inversión extranjera directa y a los potenciales beneficios.
Como sabemos al ver a Perú o Chile, un sector minero responsable puede apuntalar una economía. Directamente, la minería crea empleos para los ecuatorianos, estimula la inversión y, en última instancia, produce productos que se venden en dólares estadounidenses. Indirectamente, impulsa el desarrollo de la infraestructura y trae expertos internacionales al país con habilidades y conocimientos invaluables para impartir.
Es importante destacar que, si bien muchos ecuatorianos temen las incógnitas que trae la minería, el gobierno ha llegado a la verdad ineludible de que el país necesita una industria minera moderna para pagar sus inversiones sociales y de infraestructura. En pocas palabras, pilares clave de la economía, como el sector petrolero, la agricultura (banano, café, cacao, flores) y el turismo, son todos de crecimiento lento. Con una población en crecimiento y la caída de los precios del petróleo, se necesita un nuevo pilar de la economía. También creo que a medida que aumenta el conocimiento sobre el sector minero, aumentará su apoyo.
En mi perspectiva a futuro, puedo ver que el sector de recursos naturales en Ecuador se encuentra en la posición más fuerte que jamás haya tenido en su historia. Con el aumento de los precios de los metales y el capital disponible para invertir en exploración y desarrollo, las empresas que deseen llevar a sus comunidades de la mano en este viaje tienen una maravillosa oportunidad de crear algo especial. El Gobierno ahora está verdaderamente a favor de la minería industrial responsable, y no hay ninguna razón para que no alcancemos o incluso superemos la competencia de nuestros vecinos y la comunidad mundial.
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[1] https://pubs.usgs.gov/periodicals/mcs2020/mcs2020-copper.pdf
[2] 70% de las utilidades extraordinarias en épocas de precios altos de metales
[3] Ajuste de impuestos mediante el cual se asegura que el Estado ecuatoriano participe de los beneficios de la actividad minera por sobre el 50% de los beneficios totales